¿El precio que pagas por el dinero que ganas?
¿Frustración?, ¿cansancio?, ¿agobio?, ¿tristeza?, ¿resignación?, ¿tu familia?
Estamos a un mes del inicio del año lectivo, de regreso al trabajo… ese trabajo que desde hace tiempo te sientes en completa desalineación en el que llevas viviendo con esa sensación de ir subiendo una montaña empujando una piedra cuadrada.
Si, te va bien, supuestamente lo tienes todo. Todos lo saben y te lo dicen, pero tú solo sonríes un poquito y de ladito.
Lo tienes todo pero… sabes en el fondo que no es así. Tú quieres más.
En un mes vuelve la angustia del domingo noche.. que es casi peor que la del lunes por la mañana al sonar el despertador.
Tienes mil ganas de hacer otra cosa, pero claro… ganas muy bien, tienes un tren de vida que te gusta, por tanto el dinero que ganas es muy importante. Pero, ¿cuál es el precio que pagas por el dinero que ganas?
Tienes un buen sueldo que te permite pagar tu hipoteca, llevar a tus niños a un buen cole y darte tus gustos. Gracias a ese sueldo estás dándote el verano que quieres. Igual en este momento, que estás de vacaciones te crees que estás bien… pero en el fondo, tú sabes que no es verdad.
Sabes que el precio que pagas por el dinero que ganas es alto, pero tampoco sabes qué opciones tienes. Tal vez hoy crees que no existe un nuevo camino profesional que te permita vivir como ahora. Pero es este pensamiento la primera razón por la que no ves posibilidades.
Y de esto hablamos hoy… de lo que piensas para creer que no hay posibilidades y cuestionarlo.