¿Vives o sobrevives?

¿Vas por la vida como un hámster en su ruedita?

Si, ir como un hámster es cuando vas corriendo sin parar, haces lo que crees que debes o lo que has hecho siempre sin detenerte a pensar a hacia dónde vas si sigues haciendo lo que haces… como un pequeño roedor que no sabe que tiene opciones.

¿Vas por la vida sin saber qué quieres, ni lo que te gusta? Te “falta motivación” pero claro, esa no la venden por ahí… ¿cómo encontrarla?

Cuando tuve las horas más bajas en mi antiguo trabajo, tenía días que lo único que quería es que me dieran la baja por enfermedad, no pensar y hacerme un maratón de Friends.

Yo, la miedosa de los gérmenes, me veía a mi misma en el metro acercándome disimuladamente al señor de la nariz roja que no para de estornudar. Cada vez que mis hijos se constipaban no dejaba de chupar su cuchara y beber de sus vasos. Si me hubieran propuesto una fiesta, me habría ido a una de la varicela.

Yo era un hámster, no paraba y la única justificación que encontraba para detenerme era enfermarme. ¿Para qué hacía todo eso? Para ser una persona responsable que tiene un trabajo “serio” (como si otro no lo fuera), pensaba que con 3 hijos era imposible plantearme otra vida. Lo hacía también para que todo mundo a mi alrededor estuviera satisfecho y no genera

Antes de comenzar, es importante que te cuente que entiendo yo por motivación y algún otro concepto… digo, para saber que estamos hablando de lo mismo.

Tu propósito es tu dirección, hacia donde te mueves el que te mueves, la búsqueda de la satisfacción de vivir conforme a un valor en especial.

En el libro el Arte de Conseguir lo imposible de Xavier Pirla, que también es mi profesor de Programación Neurolingüistica describe el propósito como una carretera que te lleva a una dirección y esa carretera está acotada por los valores. Esa carretera pasa por distintos objetivos.

Y me parece muy fácil de visualizarlo de esa manera. Qué haces o por dónde tienes que pasar señalarían los objetivos que te planteas en la vida. Si lo piensas es más factible que los cumplas si están en tu camino, en tu dirección y dentro de tus valores.

¿Quieres bajarte de la rueda y empezar a vivir para dejar de SOBREVIVIR? Te voy a contar alguna de las estrategias que las participantes de mi programa LIGHTING UP FORMULA siguen para tener motivación de largo plazo.

1. Piensa en PARA QUÉ HACES LO QUE HACES

Como lo conté ayer en stories y al principio de este post. Yo estaba haciendo cosas para satisfacer necesidades inmediatas de dinero, seguridad y valoración externa. Pero ninguno de esos es un PARA QUÉ importante para mí, no realmente en la profundidad.

Imagina a un escalador trepando en una montaña que no le gusta, el camino le parece una tortura y lo peor es que no le apetece esa cima en particular, preferiría otra, pero… porque como ya estaba en ese camino, cree que no le queda otra cosa que seguir escalando. Si decide no bajarse de ella es por miedo a “tirar a la basura” el tiempo y distancia escalados o porque la gente crea que es un irresponsable. 

A este escalador pueden pasarle dos cosas, la primera, que se quede estancado en el camino, o que llegue a la cima y compruebe que tanto sufrimiento no merecía la pena y que encima ya lo sabía. Hay una tercera opción, que ir sin ganas le haga caerse estrepitosamente…

¡Vaya!… Suena absurda la situación, ¿no? ¿Qué le dirías al escalador en cuestión? Yo le preguntaría lo siguiente:

• ¿Para qué sigues ahí sufriendo gratuitamente si hay miles de montañas más, esta no es la única?
• ¿Por qué te niegas a ti mismo la oportunidad de probar otras… o al menos de mirarlas?

Reflexiona TÚ si la vida en la que está sirve para tu propósito, va en la dirección en la que quieres ir.

Roxana… que no sé mi propósito. Te echo una mano:

2. Conoce tus valores

Si la carretera está acotada por tus valores, igual es buena cosa conocerlos. Esto te ayudará a definir LO QUE ES IMPORTANTE PARA TI.

En mi programa LIGHT UP FORMULA, mis coachees llevan a cabo un ejercicio de identificación y alineación de valores, así que te voy a contar su importancia a través de un ejemplo… evidentemente he modificado el nombre.

Mariana tenía tremendo cacao mental con los objetivos que se ponía y que te juraba que eran cosas que le movían y que quería pero luego era incapaz de comprometerse.

No tenía claro hacia dónde quería ir ni cómo veía su vida en el largo plazo. Tenía objetivos de salud como hacer ejercicio y dejar de fumar; quería mejorar su relación de pareja y quería tener un trabajo motivante. ¿Para qué?… para vivir en armonía decía. Ya… y ¿para qué la armonía?. Tenía muchos planes de acción muy bien delimitados, con fechas y a colores… pero no los cumplía.

¿Cómo empezó a moverse? Reconociendo su valores fundamentales. Digo reconocer y no conocer porque ella SABÍA lo que es importante para ELLA, pero no tenía la claridad mental para identificarlos y por tanto satisfacerlos.

Entonces, ¿para qué quería lo que quería?

Lo quería PARA tener una vida sostenible que le permitiera vivir más años y ver a sus hijos crecer. Encontrándos en buenas condiciones de salud. Ella había sido madre con más de 40 años y veía que ahora con más de 50 se sentía cansada e incapaz de seguir el ritmo de sus hijos. Pensaba que su salud se estaba deteriorando y ella QUIERE ver a sus hijos casarse, quiere acompañarlos en distintas etapas de su vida…. acompañada de su pareja.

Algunos de sus valores fundamentales más importantes eran Salud y Familia, y sobretodo este último. No hacía ejercicio para verse guapa. Su objetivo servía al propósito de estar con su familia el mayor número de años posible. Estaba motivadísima… la vida iba en ello.

Tú de momento escucha dentro, haz un silencio de todo lo exterior, de lo que crees que se espera de ti, de todo lo que crees que deberías estar haciendo o quién deberías estar siendo. Si hemos dicho que es la satisfacción a una necesidad propia, reflexiona bien:

¿Cuáles son tus valores fundamentales?¿Qué es lo que verdaderamente necesitas TÚ?, ¿qué es lo que verdaderamente quieres TÚ en TU vida?

3. Establece nuevos objetivos conforme a tus valores

Tal vez crees que no estás motivada porque no has fijado objetivos para alcanzar tu propósito. ¿Cómo vas a moverte si no sabes por dónde quieres pasar?

En mi artículo La importancia de tener un objetivo te cuento para qué los necesitas te doy las bases para fijarlos y alcanzarlos.

Para fines didácticos de este artículo, vamos a simplificar en la siguiente definición: los objetivos que te planteas son el indicativo de los lugares a los que quieren llegar y están en el camino de tu propósito.  Los objetivos responden a la pregunta ¿QUÉ quiero hacer?

Y ¿sabes qué? no tienen que ser objetivos que te revolucionen la vida de un día a otro. Establecer pequeños objetivos, cosas que te sean fáciles de alcanzar y poco a poco irás formulando objetivos de mayor plazo.

4. Aprende que LO QUE HACES NO TE DEFINE, pero si PARA QUÉ LO HACES

Es posible que haciendo lo QUE haces hoy te veas en un hoyo de frustración, ya sea porque no te gusta, te aburra o te agobie. Eso QUE hoy HACES te molesta tanto que hace que te cuestiones tu propia motivación para seguir.

Quiero que sepas que eso que HACES hoy no te define en absoluto, lo que te define es tu propósito último, el PARA QUÉ haces lo que haces.

Aquí puede radicar la diferencia en vivir desmotivada o vivir inspirada persiguiendo un propósito aunque implique a veces hacer cosas que no te gusten (o si).

Simon Sinek en su libro “Find your Why” dice que los grandes líderes hacen lo que hacen sirviendo a una motivación o PROPÓSITO último.

Pone el ejemplo del PROPÓSITO de Apple:

“En todo lo que hacemos, creemos en desafiar el estado de las cosas con todo lo que hacemos. Creemos en un pensamiento diferente. Nuestra manera de desafiar el status quo es fabricando productos muy bien diseñados, sencillos y fáciles de usar. Y da la casualidad de que fabricamos unos ordenadores fantásticos”

El PROPÓSITO es lo que define a Apple.  La gente que se identifica con ellos lo hará siempre, da igual si hoy vende ordenadores y teléfonos y mañana lo cambia a barcos o neveras.

¡Aplícate lo de Apple! Que no te defina QUÉ HACES hoy. Es posible que hoy estés en un trabajo que no te guste, o estés pasando un momento difícil, pero si todo lo que haces hoy está alineado para cumplir tu PROPÓSITO, estoy segura de que seguirás adelante con voluntad de hierro, inspirada e inspirando a los que vayan contigo.

Y si lo que haces no está alineado con tu PROPÓSITO… vuelve al punto 1 y fija nuevos objetivos que si lo hagan.

5. Hazte RESPONSABLE de tus decisiones

Leía recientemente a Marshall Rosenberg en su libro “Comunicación no violenta”  afirmando que estamos acostumbrados a decir “tengo que” sin hacernos responsables de lo que verdaderamente queremos.

Una coachee no paraba de quejarse amargamente de lo poco motivante que era su trabajo, estaba agotada de tanto trabajar y en casa se sentía con la culpabilidad tamaño XL. Tenía dos frases favoritas: “Mi jefe es un malvado explotador que me hace trabajar los fines de semana” y “Mi trabajo no me permite ver a mis hijos”.

Después de mucho repetir esas frases acompañándolas también por “me obligan a trabajar mil horas” y “no es posible conciliar con semejante jefe” acabó reconociendo lo siguiente:

“no es que me pongan una pistola en la cabeza, pero yo la colocó cada día ahí, porque si no trabajo tanto, pierdo posibilidades de tener esa promoción por la que llevo luchando los dos últimos años”

Te cuento lo que le dije, pues; ¿qué te voy a decir?, dado que la esclavitud está prohibida y tienes la opción de dejar de hacer eso. Si no lo haces es porque no quieres.

Si tu propósito pasa por ser ejecutiva de éxito y dar una vida de ensueño a tus hijos porque algunos de tus valores fundamentales son el éxito profesional y la seguridad económica. Me parece perfectamente coherente y legítimo que quieras trabajar mil horas y luchar por esta promoción y por las que vengan. Pero entonces asume los sacrificios que TÚ decides hacer y si no, no los hagas pero se responsable de tu decisión.

Si tu propósito es completamente opuesto. ¿Dime entonces qué diablos haces trabajando hasta las mil? Tienes otras muchas opciones: olvida la promoción, cambia de trabajo, emprende desde casa, aprende a decir no. Igual hay otras tantas excusas para cambiar como el miedo paralizante, el tiempo y dinero o la culpa. Las posibilidades están ahí, otra cosa es que decidas no tomarlas.

Mi coachee prefería echar la culpa al trabajo y al jefe, de otra manera implicaba asumir la RESPONSABILIDAD de sus decisiones. Es mucho más fácil decir, “tengo que trabajar 20 horas porque me obligan…” “me he visto forzada a…”, “no soy yo, son ellos”, etc.

En LIGHTING UP FORMULA, las participantes analizan las estrategias de motivación que les a actuar y dejar de procastinar…

VIVE, SE RESPONSABLE: NADIE ES RESPONSABLE DE TU VIDA, NI DE TU FELICIDAD, NI DE TUS EMOCIONES. SOLO TÚÚÚÚ.

Espero que te haya servido, te guste… Tengo novedades que estaré anunciándote el próximo viernes… ¡¡QUE EL PRÓXIMO VIERNES ES DE POOOODCAST!!!… para escucharlo ve a https://roxana-marroquin.com/podcast

¡Espero leernos pronto!

Roxana

PD. Me encantaría que me digas qué te ha parecido, si estás de acuerdo y si te ha servido.