Cómo vivir mejor en tu trabajo actual antes de cambiar: aprende a decir que no y a poner límites
Una de las principales razones por las que la gente quiere reinventarse es porque se siente “quemada en el trabajo”.
Quemada a nivel superlativo, ya no puede más. Y resulta que algo que alguna vez le gustó, hoy lo detesta. No tiene idea de cómo mejorar, de cómo vivir mejor en su trabajo actual.
Se encuentran quemadas, hartas de estar trabajando para una empresa o un jefe que no respeta sus horarios; cuentan cómo han dado la mano y se han cogido hasta el pie.
Se sienten desbordados de trabajar y trabajar y tristemente con la sensación de que “nunca es suficiente”.
Yo cada día estoy más convencida de que un cambio profesional no debe ser jamás una huída hacia adelante. Que las reinvenciones por “despecho” o por la creencia de que vas a vivir mejor, no suelen salir bien sin un otro propósito más allá de ese.
Un cambio profesional debería estar motivado por tus valores, por hacer algo que te represente a ti y que tenga que ver también con tu vida, que sea sostenible.
Entonces, cuando tú quieres hacer un cambio únicamente motivada por huir de una situación, sin hacer ningún cambio en ti, lo que probablemente ocurra es que tu burnout se repita en cada nuevo ámbito al que vayas.
Creo que antes de dejarlo puedes aprender a vivir mejor en tu trabajo. Y creo también que es necesario, para empezar porque es posible que si no lo tienes, necesites generar un colchón económico, pero por otro lado, porque la manera en la que vives tu trabajo tiene que ver contigo y cómo gestionas tu estado emocional… y lo que haces.
Por ejemplo, si tú hoy no eres una persona asertiva, no pones límites a los demás, si estás buscando agradar a los demás mientras transgredes tu propia necesidad… tú llevas esa identidad a donde vayas.
Si tú hoy no sabes poner límites a tus jefes, ¿cómo vas a poner límites a tus clientes?, ¿a tus proveedores?, ¿a tu familia?
Yo hoy te planteo otra manera de hacer: antes de dejarlo, aprende cómo vivir mejor en tu trabajo.
Antes de irte, aprende a decir que no y te invito a que lo entrenes este verano, en tu vida, en cosas pequeñas.
Date permiso de relajarte y de probar, si quieres a manera de experimento a decir no.
Hoy te cuento las consecuencias de seguir en la senda de “no poner límites” y también cómo empezar a plantear estas conversaciones incómodas.
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